domingo, 16 de diciembre de 2012

IMM 3


Un mes flojillo en cuanto a libros. Aún así son libros que tenía unas ganas increíbles de poder leerlos:
- Revelación de Anissa B. Damom:
(tan impactante como el primero)













- Oscuros: La primera maldición (4) de Lauren Kate:












- Maldito karma de David Safier:
(leyendo)












- Corazón de fuego, de Moira Young:












- Mil soles espléndidos de Khaled Hosseini:












- Traición de Scott Westerfeld:












- Perfección de Scott Westerfeld:












- Especiales de Scott Westerfeld:












Espero que vuestra pila de libros no sea tan grande como la mía. En estas Navidades procuraré disminuirla, un saludo oxidado!

miércoles, 12 de diciembre de 2012

12

Miras la pantalla de tu móvil y compruebas que es día 12, pero no se trata de un número cualquiera. Hoy es 12.12.12 y no por ello tiene que ser un día especial. Cada día de nuestra vida es único, bajo ningún concepto se repetirán dos días en los cuales suceda lo mismo o similar. Porque sencillamente solo viviremos un miércoles del frío diciembre en un año tan supersticioso como el 2012.
Tenemos que pararnos a pensar que cada vez que deseamos que sea viernes o vacaciones de verano, estamos dejando escapar un día de nuestra corta existencia. "Vive como si fueras a morir mañana" así no habrás dejado escapar ninguna oportunidad.  Somos nosotros los que escribimos nuestro destino, tomamos decisiones constantemente, y es por eso que nada en esta vida tiene su sentencia aprobada.
No somos conscientes de que llegará el momento de abandonar la partida y dejar espacio a otra persona con energía renovada. Pero ahí no se acaba todo, no hablo de reencarnaciones ni del karma. Trato de haceros ver, que por muchos errores que cometamos o logros consigamos, formaremos parte de la historia. En un futuro, en los colegios se les enseñará a los jóvenes cómo vivíamos aquellas personas del siglo XXI.
Quién sabe si nos catalogarán como el eslabón perdido, o si seremos dignos de recordar por la lucha constante que libran minuto a minuto cada familia, en mi caso española. Ni siquiera me aventuro a saber qué haré mañana. Si solo será la misma rutina asfixiante o tal vez una simple nota de tu amigo invisible te alegre ese 13.12.12
Vivir es experimentar, cocinar por primera vez o acojonarte por las calles oscuras de Madrid. Qué más da pues si te has equivocado en un problema de matemáticas o dejaste el trabajo que más te satisfacía, ya no sirve arrepentirse. La ilusión se alimenta del miedo, es así como dejas de comerte la cabeza por aquello que has hecho de forma errónea, cuando tienes nuevos objetivos.
Fíjate nuevos propósitos, nunca sabes cuando no tendrás más oportunidades y no podemos atormentarnos porque al fin y al cabo ¿sabrás en el momento exacto en el que pises el suelo frío, que esa será la última vez? No.
Somos historia y apareceremos reflejados de forma genérica en un libro de sociáles para 4º de la ESO, en un futuro no tan lejano.
Cuando mires atrás desde el refugio de tu cama, recordarás un viaje, una risa, una fotografía, la frase más bonita de tu vida; pero no recordarás el día en que tuvieron lugar. Es por eso que te digo, que no te fijes en el día, acuérdate de todo aquello malo o bueno que te haya sucedido.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Sin mirar atrás

Cuanto más corría esa persona insignificante, maltratada por la codicia, se iba dando cuenta de que eran pasos inseguros en un suelo firme.  Fue entonces cuando vio que el tiempo se había detenido y con él sus ganas de sobrevivir. Su destino estaba escrito y firmado, tenía la sentencia grabada a fuego en su mirada. Había nacido para morir, perseguido hasta la saciedad solo por ser diferente a los demás. Solo por ser un peón blanco en una partida donde las negras llevan ventaja. Sin comprender el odio mezquino y la repugnancia obsesiva hacia aquellos que eran como él, siguió deambulando por aquel terreno. Debatiendo qué había fallado en ese entorno. Experimentó desde dentro qué era ser tratado como un perro rabioso al que se le excluye por miedo. Miedo a que ataque y se expanda su enfermedad. Lo tenía todo, era un médico de prestigio, en sus tiempos de plenitud; querido por las personas que le rodeaban, casado con una mujer bellísima encerrada en una sociedad machista. Era padre de dos pequeños renacuajos que debían ser libres pero no pudo ser así. Mientras se acababa su tiempo, horrorizado por los rostros lívidos que contemplaba, retrocedió tres pasos. Y no fueron más, al chocar contra un muro, o así lo pensó él, se giró y no pudo siquiera emitir un gemido de dolor. Enmudeció, un silencio perturbador lo inundó todo. Eso era un muro, por supuesto, un muro formado por cadáveres como si de piezas de un puzzle se tratara. Cada uno de esos rostros desencajados por el paso de la muerte fueron quitándole pedacitos de su ser. Eran miles de cuerpos que lejos de asemejarse a personas se acercaban más a un montón de huesos recubierto en cuero. Esos cuerpos inmovilizados de por vida habían sentido en sus entrañas lo que era sufrir, el temor, la espera constante de una muerte asegurada; ni se habían percatado de que podían refugiarse en la esperanza. No hizo falta que ningún nazi le arrebatara la vida, tampoco fue necesaria una ducha mortífera. Solo fue necesario pestañear para que todo el dolor le invadiera. Ahí, en ese preciso instante entre la vida y la muerte, su corazón dejó de latir. Esos ojos castigados por las lágrimas se cerraron. Con las manos apretadas contra sus sienes, su cerebro dejó de soñar. Murió como nació, solo y sin recursos para luchar.
Solo eran personas, que amaban su vida, lucharon como cualquier niño africano por conseguir sobrevivir. Pelearon como cualquier madre sin saber dónde está su hijo. Lloraron conocedores del asesinato que se estaba produciendo. Y lejos de sentir rencor solo sentían impotencia por tener otro pensamiento. Demostraron ser personas puras con un coraje increíble y gracias a esos millones de judíos, el mundo es un poquito más justo. Se ganaron a pulso ese respeto, y esa justicia.

Ambición

 Porque es ahí cuando te das cuenta de la verdad. Ese momento de tu vida en el que frenas y empiezas a reflexionar. Reflexión: vínculo de confesión entre almohada y la persona. Has perdido la ilusión, se ha esfumado el brillo de tus ojos. Te rebajas al nivel de personas sin carisma, aún sabiendo que eres superior, dejas aflorar lágrimas de incomprensión. Cuando de tus cascos brota una canción y de tus manos nacen palabras de dolor, directas del corazón al puño. Tienen lugar las miradas incesantes por parte de la envidia personificada, miradas perturbadoras para el observado. Porque siempre será el observado. Siendo el único atisbo de satisfacción el poder ver cómo ellos se creen victoriosos tras la mirada vacía del observado y sin embargo, le han regalado el premio: estar en boca de todos. Han hecho de una persona rota por el odio sentido, alguien seguro de aquello que cree. Mientras ellos siguen corrompiendo la inocencia. Pretenden ser el todo de la nada. Y la nada es la ausencia del todo.