martes, 13 de agosto de 2013

No solo llueve gracias a las nubes.

 Empieza a llover y con el fluir del agua sobre el cristal se desata todo. Tanto lo bueno como lo malo. Sé donde más te duele, por eso me deslizo sin mucho remordimiento hacia el centro de tu ser. Te tengo atado de pies y manos. Esta noche te haré sufrir.
 Me puede el ansia de que sepas lo que me hago a mí misma noche tras noche. Poco a poco te voy reprochando más cosas, y cada vez más. Llega un punto en el que temo morir por mi propio veneno. Es triste porque sé que te hago daño.
 Te resumo por encima todo lo malo que me has dado, eso sí, lo bueno lo escondo. Me cabrea que no hagas nada por defenderte, pero cuando estás asustado te puede el niño que llevas dentro. Te culpo de  cosas que ni siquiera están a tu alcance. Lo siento, necesito explotar.
 Tengo que aclarar que muchas veces hacemos daño a las personas que más queremos. Es solo cuestión de equilibrio. No siempre es felicidad y color rosa.

2 comentarios: